Ciudad de México, Octubre 2013
Se "retiró" el PAN y llegó el PRI
La burocracia mexicana es reciclada. Aunque los administradores dejen sin recursos las dependencias, vuelven a ser contratados con cargos (que le cuestan al erario de 30 mil hasta 100 mil pesos al mes). Tampoco importan las demandas laborales, mucho menos el conocimiento. El punto es reciclar hasta el infinito (sea del PRI, PAN o MORENA). En la burocracia da igual la formación académica y laboral, porque este sistema se reproduce para mantener un estado subdesarrollo. En la Administración Pública Federal (APF) existe un "desarrollo" a medias gracias a la tecnología, sin tecnología hablaríamos de un estancamiento pleno.
La reestructuración del sistema burocrático inició en el 2015 y continuará hasta el 2018, se trata de "desaparecer" plazas que no son útiles. ¿Para quién no son útiles? Nadie lo ha aclarado. Desaparecer o congelar plazas para reservarlas para futuros colaboradores. Uno de los problemas fundamentales fue que algunos burócratas, dejaron puestos que sirven como nodos de vigilancia del trabajo burocrático. Quitar la vigilancia de procesos como evaluaciones, certificaciones, asignación de presupuesto e ingreso de personal, torna a este sistema un ente plagado de irregularidades, omisiones y corrupción.
Que Virgilio Andrade haya renunciado no significa que el Sistema Nacional Anti corrupción "vaya en serio", es una muestra de hipocresía que sólo busca calmar a la opinión pública. Es imposible crear un órgano anti corrupción articulando a todos los sistemas que se han corrompido desde su nacimiento; por ejemplo, el sistema judicial.
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